Argentina

La inmigración en Argentina ha sido el resultado de una política inmigratoria gubernamental que desde el año 1852 trató de poblar el país bajo la consigna “gobernar es poblar”. La elite sostenía que Argentina era un país despoblado -sobre todo las grandes extensiones de la pampa- y, por lo tanto, debía atraer colonos para proteger sus fronteras nacionales, explotar la tierra, desarrollar los medios de transporte y los canales de comunicación, generar nuevos negocios e industrias e incrementar los capitales recaudados en impuestos varios. La inmigración de colonos europeos era la solución al problema.

Oficialmente, el proceso de inmigración puede ser documentado a partir de la Constitución de 1853, en la cual se invita a ir a Argentina a los hombres de buena voluntad que quieran trabajar la tierra y, para ello, se les ofrece todo tipo de garantías y seguridades. El artículo 25 de la constitución señala:

El Gobierno Federal fomentará la inmigración europea y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes.

La llegada masiva de extranjeros con un bajo nivel cultural y educacional forzó al gobierno a hacer la política migratoria más específica y excluyente. La Ley General de Inmigración y Colonización del 19 de octubre de 1876, fue el intento más serio de sistematización de la política inmigratoria y con ella se legitima un proceso que daría a la sociedad argentina su perfil definitorio. El artículo 12 del capítulo V manifiesta:

Repútase inmigrante para los efectos de esta ley, a todo extranjero jornalero, artesano, industrial, agricultor o profesor, que siendo menor de sesenta años, y acreditando su moralidad y sus aptitudes, llegase a la república para establecerse en ella, en buques a vapor ó a vela, pagando pasaje de segunda o tercera clase, o teniendo el viaje pagado por cuenta de la Nación, de las provincias ó de las empresas particulares, protectoras de la inmigración y de la colonización.

Los extranjeros llegan desde todas las latitudes del mundo, pero la gran mayoría viene de España e Italia. Los primeros datos oficiales se conocen a partir de 1869, fecha del primer censo oficial. Ese año la población es de 1.736.923 habitantes de los cuales 212.000 (12,1%) son extranjeros. De este 12,1%, el 4,1% era italiano. Las cifras aumentan considerablemente en el segundo censo nacional de 1895, la población de la nación crece a 3.954.911 habitantes, de los cuales 1.004.527 (25,4%) son extranjeros. Entre 1869 y 1914 –la época del “aluvión inmigratorio”—e l número de porteños crece 9 veces en Buenos Aires. El tercer censo nacional de 1914 señala que la población es de 7.885.237 habitantes.  De estos casi 8 millones, 2.357.952 son extranjeros dedicados a actividades industriales y comerciales, pero sobre todo, al transporte y al servicio doméstico. Ya en 1914, Argentina se ha convertido en “un país de inmigrantes”. Para el censo de 1895 el porcentaje de inmigrantes italianos había subido a 12,5% (de una población extranjera total de 25,4%) y en 1914 era el 19,2% (de un total de 29,9% de extranjeros). La mayoría de los italianos provenía de la Alta Italia y de cada 10, 8 venían del campo o zonas rurales.

Timeline

Families

La Familia Sola

A vintage photo of a group of people posing for the camera

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Oreste and Abele Sola in a park in Buenos Aires in 1913 (Courtesy of Edoardo Sola).

Oreste Sola emigró a Buenos Aires desde Biella en 1901. Al poseer educación técnica, Oreste no tuvo problemas para encontrar trabajo, aunque le costó asentarse en uno por un periodo largo. En 1907 se asentó en Buenos Aires donde encontró trabajo permanente como jefe técnico en el Congreso Nacional. En 1908, se casó con Corinna Chiocchetti.

A partir de 1909, Oreste empieza a alentar a su hermano menor, Abele, para que se reúna con él en Argentina, objetivo que consigue en 1912. Por su preparación profesional y los contactos de su hermano mayor, Abele tuvo una vida más estable, próspera y segura, se adaptó más rápido y con mayor éxito a Argentina. Inmediatamente después de llegar, Oreste le consiguió un trabajo en La Cantábrica, una de las compañías metalúrgicas más importantes de Buenos Aires. Antes de 1943, Abele se casó con María Bardolla. Oreste murió en 1949 a los 56 años, Abele en 1963 a los 73, Corinna Chiocchetti en 1964 y Maria Bardolla en 1983. Ninguno de los hermanos tuvo descendencia.

La Familia Racca

Giorgio Racca and Teresa Righero got married on November 10, 1904 (Courtesy of Omar Racca)

En 1891, Luigi Giuseppe (Giorgio) Racca emigró a Santa Fe desde Volvera, una comuna de agricultores ubicada a 20 kilómetros al suroeste de Turín.  Giorgio primero llegó a la colonia Felicia y a mediados del año siguiente se mudó a Rafaela, una colonia agrícola en el centro de la provincia de Santa Fe, a 500 kilómetros del Puerto de Buenos Aires.

Giorgio se dedicó a la agricultura y cuatro años más tarde, convenció a sus padres de venir a Argentina. Gabrielle y Lucia, con sus dos hijos menores—Epifanio y Albina–, arribaron a Argentina a finales de 1905, quedándose hasta 1916.

Giorgio se casó con Teresa Righero, tuvo cinco hijos y nunca volvió a Italia. Durante su vida, Racca se movió en un radio de 50 kilómetros hasta establecerse finalmente en Pueblo Marini, se aferró a su nueva tierra y a su familia y prosperó en su nueva tierra. Falleció en 1945, seis meses antes de cumplir 70 años.